miércoles, 31 de julio de 2013

Psicología Evolutiva y Diferencial II


Desarrollo físico, cognitivo y social en la adultez media


       
 La etapa de la edad adulta intermedia está comprendida entre los 40 y 65 años. Es en ésta cuando el cuerpo comienza su viaje en descenso en muchos aspectos, pero más en el físico; el cual se ve afectado por los modos y/o estilos de vida que se vivieron en las etapas anteriores de su vida. Si en la juventud se llevó una vida sana con una buena alimentación y ejercicio, se gozará de buena salud y movilidad en la vejez. Al contrario de una persona que haya tenido una vida sedentaria con una mala alimentación, tendrá una vejez poco funcional y con salud pobre.

            De los cambios durante esta etapa tenemos los psicomotrices y sensoriales, los cuales son muy pequeños, graduales y casi imperceptibles siendo la vista y la agilidad  los más afectados. Los problemas que se presentan comúnmente de la vista se dan en cinco ámbitos: visión cercana, visión dinámica (lectura en movimiento), sensibilidad a la luz, búsqueda visual y velocidad de procesamiento de la información visual. Es muy común a esta edad la pérdida de agudeza visual. La presbiopía es otro de los padecimientos que se da de la vista lo cual es la reducción de la capacidad de enfocar objetos cercanos, la miopía o vista corta también aumenta.

            Entrada la adultez media hay una pérdida gradual del oído mejor conocida como presbiacusia, se limita a los sonidos de frecuencias más elevadas. La pérdida del oído es dos veces más rápida en hombres que en mujeres, esto es debido a la exposición continua a ruidos ambientales, ruido en el trabajo, escuchar música muy alto, etc.

            La reducción de la sensibilidad al gusto y al olfato empieza a darse a los 50 años, al perder sensibilidad las papilas gustativas y reducirse las células olfativas, los alimentos son muy insípidos, es por eso que en muchas ocasiones las personas de esta edad comienzan a utilizar más sazonadores para darle “más sabor” a sus alimentos, estas pérdidas se dan más en los hombres que en las mujeres, aunque algunos pierden sensibilidad a los alimentos salados mientras otros a los amargos, ácidos y dulces.

            La sensibilidad al  tacto comienza a disminuir a partir de los 45 años y la sensibilidad al  dolor después de los 50 aunque sí se conserva la protección al dolor; aun, aunque las personas sientan menos dolor, la capacidad de ser tolerantes se reduce. Lo que es la fuerza y la coordinac0ión también comienzan a fallar de manera gradual debido a que hay pérdida de fibras musculares que son sustituidas por grasa tornando a la persona débil y con poca movilidad física pero con ejercicio regular  se puede prevenir esto e inclusive recuperar la vigorosidad. La resistencia física se conserva más que la fuerza. Todos estos cambios pueden ser perjudiciales o su transición menos agresiva si se lleva una vida productiva, con ejercicio, una buena alimentación; toma de vitaminas y/o suplementos, en pocas palabras, calidad de vida.

           
Los cambios físicos son muy notorios durante esta etapa. La piel comienza a perder su tersura y suavidad volviéndose más áspera y arrugada, debido a que la capa de grasa debajo de la piel se va adelgazando; el colágeno se endurece y las fibras de elastina se vuelven quebradizas. El pelo se adelgaza[1], encanece[2],  se aumenta de peso y se pierde estatura debido a que los discos vertebrales se encogen. La osteoporosis se presenta cuando el hueso pierde calcio y se va adelgazando, es más común en la mujer que en el hombre debido a la lactancia, existen factores como el tabaquismo, alcoholismo, y malos hábitos alimenticios que ayudan a acelerar la pérdida del calcio. Los problemas del corazón comienzan a ser muy comunes, ya que el bombeo del mismo comienza a ser más lento e irregular y las arterias comienzan a engrosar y a volverse rígidas. Los pulmones comienzan a reducir su capacidad vital[3] entrando los 40 años llegando hasta perder un 70% de su capacidad llegando a los 70 años. La regulación de la temperatura corporal al igual que el aparato inmunológico comienzan a debilitarse, lo cual hace más propenso a las personas a siempre tener frío o viceversa y ser más susceptibles a las enfermedades, principalmente a las respiratorias.

            Los cambios que se dan lo sexual y reproducción son muy notorios. En la mujer en cuanto a cambios hormonales, hay una baja de estrógenos y progesterona que va  acompañado de bochornos, resequedad vaginal y disfunción urinaria. Los cambios en la sexualidad: hay menos excitación, los orgasmos son menos frecuentes y más rápidos. La etapa reproductiva termina. En el hombre hay una baja de testosterona, hay una pérdida de excitación psicológica, las erecciones son menos frecuentes, los orgasmos son más lentos, hay un mayor tiempo de recuperación entre eyaculaciones y existe un mayor riesgo de disfunción eréctil. A diferencia de la mujer la capacidad reproductiva continúa aunque hay disminución de fertilidad.

            La hipertensión, el cáncer, la diabetes, la osteoporosis y el cáncer de mama son padecimientos de salud muy usuales al entrar en esta etapa. La hipertensión se manifiesta si la persona lleva una dieta rica en grasas, sales y poca actividad física; la intolerancia y la hostilidad son factores que elevan el riesgo de sufrir hipertensión igualmente. El cáncer ha pasado a sustituir a las enfermedades cardiovasculares[4]  como la principal causa de mortandad en las edades de 45 a 64 años, debido a que se han dado mejoras en el tratamiento de las mismas. La diabetes es la cuarta causa principal de muerte en esta etapa, comúnmente aparece después de los 30 años y va en aumento junto con la edad si no se tienen los cuidados necesarios para su control. En la mujer la pérdida ósea incrementa en los primeros 5 a 10 años después de iniciada la menopausia ya que las concentraciones de estrógeno se reducen lo cual contribuye a la absorción del calcio, esta pérdida provoca la osteoporosis, condición que provoca que los huesos adelgacen y se vuelvan quebradizos dando pie a huesos rotos con cualquier caída afectando la calidad de vida.




            Lo que no se usa, se atrofia. Se cree que las facultades cognoscitivas disminuyen al entrar en la etapa media.  De acuerdo a unos estudios realizados por Schaie[5] en donde se les aplicaron varias pruebas para medir sus facultades mentales (significado verbal, fluidez verbal, razonamiento numérico, orientación espacial, razonamiento inductivo y velocidad perceptual) las personas de mediana edad están en la cúspide de sus facultades, probando equivocada la Escala de Weschler. Dentro de estos estudios, los individuos que obtuvieron mayor puntuación venían de familias unidas, con altos niveles educativos, razonamiento flexible y con profesiones de alto grado de complejidad.

            De acuerdo a los estudios de Horn y Cattell se distinguen dos aspectos de la inteligencia, la fluida y la cristalizada. La fluida es la capacidad que la persona tiene para resolver un problema nuevo sin hacer uso de sus conocimientos previos, a diferencia de la cristalizada, la cual es la capacidad de retomar información ya aprendida y seguirla utilizando. Ambas mejoran con la edad. La fluida alcanza su cúspide durante la adultez temprana mientras que la cristalizada va mejorando en la edad media y le sigue hasta la vejez. 


           
Como se mencionó en párrafos anteriores, se cree que las facultades cognoscitivas disminuyen en la edad media pero es todo lo contrario. La edad y la experiencia de vida es una buena base para poder resolver y llevar a cabo muchas tareas y trabajos que se viven a diario. Forma parte de esto es la creatividad, muchas personas que han tenido grandes logros en las diferentes ramas del arte son personas entre los y 60 años. El CI no está relacionado con el desempeño creativo que pueden mostrar, estas personas tienden a ser muy creativas, arriesgadas, independientes, perfeccionistas, innovadoras, flexibles y lo más importante, abiertas a nuevas ideas y experiencias.

            El adulto medio tiene la oportunidad de seguir creciendo como persona, ya que cuenta con la capacidad cognitiva suficiente para avanzar en el ámbito laboral y en sus estudios si es que lo requiere. Se fija metas, sabe lo que quiere en la vida, es más responsable debido a que tiene familia o simplemente quiere superarse, haciéndolo un individuo activo.

            Anteriormente, según Freud, se creía que para la edad de 50 años la personalidad del adulto ya había quedado establecida de manera permanente. Después de algunos estudios, los teóricos humanistas Maslow y Rogers consideraron que la edad media es una oportunidad para tener cambios positivos en la personalidad. Maslow lo define como “la autorrealización de la madurez” y Rogers como “el funcionamiento pleno de la armonización del yo con experiencia”.

       

De acuerdo a los estudios de Costa y McCrae[6], el adulto va pasando por un cambio lento en los rasgos de la personalidad (neuroticismo, escrupulosidad, extroversión, apertura a la experiencia, agradabilidad) pero de una manera positiva, dándole así al adulto mayor estabilidad emocional.  El adulto se torna socialmente más maduro que a su vez esto le permite hacer aportaciones a su trabajo proactivas, aportaciones a la sociedad y le permite tener una vida más larga y con mejor salud.

           
Jung sostenía que los hombres y las mujeres expresan en esta etapa aspectos previamente suprimidos de su personalidad. Dos tareas necesarias son el renunciar a la imagen juvenil y reconocer y aceptar la mortandad. De acuerdo a Erikson, el adulto entra en su séptima etapa normativa, generatividad frente a estancamiento. La generatividad es el “querer regresar algo” basándose en su experiencia ya sea como padre, abuelo, maestro, mentor, etc., por medio de la creatividad, la productividad o el pleno desarrollo de sí mismo.

            Existen dos teorías que explican o detallan el tipo de relaciones sociales que se dan en esta etapa. La teoría de la caravana social, la cual es el agrupamiento por características (género, raza, religión, edad, etc.) de las personas junto con sus peculiaridades (roles de vida, eventos, finanzas, problemas, recursos, etc.), todo esto influye de gran manera para formar su círculo social afín. En la teoría de la selectividad emocional el adulto tiene como fin el ver tres características en las personas: ser una fuente de información, una ayuda a desarrollar y mantener un sentido de sí mismo y una fuente de placer y/o confort emocional para tener mayor afinidad emocional. 

            Actualmente muchos matrimonios terminan en divorcio a diferencia de otras épocas en las que se esperaba que duraran más tiempo casados como era la costumbre después de que los hijos crecían y se iban de casa.  Según estudios realizados se notó que mientras más joven el matrimonio se tenían más problemas (una razón puede ser que los hijos todavía están casa por ende a más problemas en el hogar) a diferencia de los matrimonios con más tiempo de unión donde tienden a estar más satisfechos (mayor estabilidad económica, los hijos ya no están en casa, etc.). Se sabe que en un matrimonio si la relación sexual es satisfactoria hay mayor estabilidad emocional. Al darse una separación y/o el divorcio, el hombre tiende a deprimirse más si está solo o en cohabitación, ya que su máxima preocupación es el no tener quien cuide de él al llegar a su vejez, al contrario de las mujeres que igual pueden gozar de compañía íntima sin tener que llegar al compromiso formal ya que no quieren batallar con el tener un esposo de nuevo.



            Por todo lo visto, nos damos cuenta que esta etapa conlleva cambios significativos en la esfera biopsicosocial, principalmente en el aspecto social. Pues las relaciones personales comienzan a cambiar debido a la madurez del yo, el adulto comienza a buscar a sus semejantes, si existe algún rencor o resquemor, tratan de sanarlo para llevar una mejor relación con sus amistades o familiares. Comienzan a acercarse más a los padres ya sea para buscar apoyo en todos los sentidos para así poder sentirse completos en todo lo que se está viviendo. Algunos, aunque retirados o jubilados, siguen siendo miembros activos de la sociedad al tener actividades o hobbies que sean de su interés.
             

Bibliografía
Papalia, D., Wendkos, S., Duskin, R. (2010) Desarrollo Humano. México: McGraw Hill
Berger. (2008) Psicología del Desarrollo Adultez y Vejez. Madrid: Editorial Médica Panamericana
Madariaga, J., Goñi, A. (2009) El desarrollo psicosocial. Revista de Psicodidáctica. Vol. 14. No. 1. Pp. 95-118. Universidad del País Vasco. España. Recuperado el 21 de mayo de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=17512723007



[1] Se reduce el ritmo con el que es sustituido el pelo.
[2] Debido a la baja producción de la melanina.
[3] Volumen máximo de aire que los pulmones puede inhalar y exhalar.
[4] Enfermedad cerebrovascular, cardiopatía, coronaria, insuficiencia cardiaca ó renal.
[5] Estudio Longitudinal de Seattle de inteligencia adulta
[6] Modelo de los rasgos 

lunes, 29 de julio de 2013

Psicología Evolutiva y Diferencial II



Desarrollo físico, cognitivo y social en la adultez temprana


             La etapa de la adultez temprana abarca de los 20 a los 40 años y se clasifica por ser la mejor etapa ya que la persona se encuentra en su mayor plenitud, es el momento en que deja de ser un adolescente dependiente y se convierte en una persona con responsabilidades y metas por cumplir, goza de mayor libertad en todos los sentidos, laboral, social y sexual.

            Los cambios físicos son muy pocos en esta etapa pero si existen algunos y los más comunes están relacionados con la vista y el oído, estos sentidos se vuelven más nítidos pero conforme se avanza en edad gradualmente se van perdiendo, oscilando entre la edad de 25 y  40 años. El ser humano se encuentra en su punto máximo de fortaleza muscular y destreza manual, es capaz de desarrollar sus habilidades laborales, artísticas y deportivas al máximo y la vez las utiliza para su beneficio en el ámbito laboral, artístico o de ocio.

             En cuanto a salud física está en su plenitud, los órganos, tejidos y sistemas se encuentran funcionando de manera eficiente pero así como está en estado óptimo también aparecen las dolencias con el tiempo relacionadas con, el trabajo prematuro, mala alimentación, condiciones pobres de vivienda, que si no se cuidan pueden volverse crónicas, tales como, problemas de la espalda o columna (siendo más común entre los hombres), artritis, hipertensión, problemas del corazón, deterioro del sistema auditivo, etc. Todo este tipo de males pueden ser evitados si se lleva una vida sana con una buena alimentación y ejercicio físico, el cual ayuda a mantener el peso adecuado a la edad, a desarrollar la musculatura y hacer mas fuertes los pulmones, bajar la presión arterial fortaleciendo el corazón por ende disminuyendo el riesgo de un ataque, ayuda a aliviar el estrés, la ansiedad y la depresión.



            En la etapa de la adultez temprana el individuo está preparado cognitivamente para hacerse responsable de la toma de decisiones. Piaget define esta etapa como la de las operaciones formales, que aportan al pensamiento un poder nuevo, que ayuda al individuo a desligarse de lo real (lo establecido) para permitirle edificar a voluntad sus reflexiones y teorías, el individuo está en constante búsqueda de respuestas por la cual investiga, descubre, estudia, se prepara, se cuestiona y tiene la capacidad de resolver sus propios problemas basándose en sus experiencias personales. Empieza a cuestionarse sobre su entorno, sus metas y cuestiones personales, aquí es donde entra en cuestión el “¿Qué es lo que quiero? y ¿Qué he hecho de mi vida hasta ahorita?”.

            El pensamiento se vuelve más individualista, flexible, adaptable y abierto basándose en la intuición, la emoción y la lógica lo cual le da al individuo las armas para salir al mundo y enfrentar cualquier problema que se le presente en sus relaciones personales y de trabajo desde la incertidumbre, la incoherencia, la contradicción, la imperfección y el compromiso en cualquiera de los ámbitos, dejando al individuo entrar a una etapa más elevada de cognición conocida como pensamiento posformal[1].

            Para poder entender mejor la manera en como el individuo se desarrolla cognitivamente, se analizarán algunas teorías.

           
El pensamiento posformal da al individuo una manera más amplia de razonar y ver la cosas y cumple con las siguiente características: mecanismos de conmutación, lo cual es la capacidad para pasar del razonamiento abstracto a las consideraciones prácticas del mundo real y viceversa, la múltiple causalidad y soluciones, la conciencia de que la mayoría de los problemas tienen más de una causa y más de solución y de que unas soluciones funcionan  más que otras, el pragmatismo, es la capacidad para escoger la mejor de varias opciones posibles y reconocer criterios para la selección y la conciencia de la paradoja es el reconocimiento de que un problema o solución implica conflicto inherente.

             K. Warner Schaie[2] propuso un modelo de etapas del desarrollo cognitivo que abarcan todo el ciclo de vida. Sus 7 etapas giran alrededor de objetivos que destacan en las diversas etapas. Esos objetivos cambian de la adquisición de la información y las habilidades para pasar a la integración práctica del conocimiento, hasta llegar a la búsqueda del significado y propósito de las mismas. Las etapas son las siguientes:

 Etapa de adquisición (niñez y adolescencia) Aprenden información y habilidades que les serán de utilidad o preparación para participar en sociedad.

 Etapa de logros (19 – 30 años) Los adultos jóvenes hacen uso de sus conocimientos para ganar competencia e independencia.

Etapa responsable (39 – 60 años) Se preocupan por metas a largo plazo y problemas prácticos relacionados con su responsabilidad frente a los demás.

Etapa ejecutiva (30 hasta edad adulta intermedia) Coincide con la etapa de logros y responsabilidad, en esta etapa son responsables de sistemas sociales y/o movimientos sociales, comienzan a sostener relaciones más complejas en diversos niveles.

Etapa reorganizadora (65 en adelante) Reorganizan sus vidas y las energías intelectuales alrededor de actividades significativas no relacionadas con el trabajo.

Etapa reintegradora (edad adulta tardía) Enfocan sus energías ya limitadas en tareas significativas al ser más selectivos al realizarlas.

Etapa de legado (vejez avanzada) Se preparan para morir, dejan su legado, distribuyen bienes por medio de testamento, etc.



            Robert Sternberg [3] catedrático e investigador, publicó en 1985 una teoría a la que llamó teoría de la inteligencia humana, su enfoque se basa en el procesamiento de la información desde el momento en que se recibe hasta que se decide utilizarla para resolver un problema, consta de seis pasos: codificación, inferencia, configuración de un mapa cognitivo de las relaciones, aplicación, justificación y respuesta.

 Codificación: Identificar la información, acopiarla a la memoria y recuperarla de la memoria a largo y mediano plazo.
 Inferencia: Detectar relación entre objetos para relacionarlos con el problema planteado.

 Configuración de mapas cognitivos: relación de aspectos de una situación previa con la presente.

Aplicación: recopilación de situaciones anteriores aplicado a la situación presente de manera ordenada.

Justificación: argumento con el que cada individuo justifica y valora las posibles alternativas de respuesta para la solución correcta.

 Respuesta: resultado después de haber realizado correctamente las etapas anteriores como la solución al problema.

            Como parte del desarrollo cognitivo, se desprende el desarrollo moral, teoría expuesta por Lawrence Kohlberg[4] en la cual afirma que una persona autónoma se caracteriza por tener la capacidad para realizar juicios morales y para formular sus propios principios en vez de conformarse con los de las personas que lo rodean.

            El individuo en la adultez temprana se encuentra en el nivel III del razonamiento moral (posconvencional), la cual se basa en principios ya establecidos y las experiencias, dos de las cuales son cuando se encuentran con valores contradictorios lejos de casa y se enfrentan a alguna situación (toma de decisiones) y la responsabilidad hacia otras personas (tener un hijo, cuidar de los padres mayores, etc.) Todas estas experiencias llevan a los adultos a reevaluar sus criterios sobre lo que es bueno y malo, ayudan a ampliar el horizonte sobre lo que ya tenía establecido y lo ayuda a enriquecerse y lo comparten con otros al aportar sus experiencias como solución a algún problema que alguien platique.

           
Según algunas investigaciones el trabajo diario ayuda al crecimiento cognoscitivo. Dichas investigaciones han revelado una relación recíproca entre la complejidad sustancial del trabajo: el grado de pensamiento y juicio independiente que requiere y la flexibilidad de una persona para afrontar las demandas cognoscitivas (Kohn, 1980). De acuerdo a estudios realizados se sabe que el pleno desarrollo de los lóbulos frontales en la adultez media prepara para llevar a cabo varias tareas al mismo tiempo, la parte delantera de los lóbulos  frontales  tiene una función especial en la solución de problemas y planeación.

            El desarrollo cognoscitivo se desarrolla más durante la universidad, abre la oportunidad para el descubrimiento intelectual y crecimiento personal, especialmente en habilidades verbales y cuantitativas, pensamiento crítico y razonamiento moral (Montgomery y Comté, 2003.) Al iniciar sus estudios, los alumnos llegan con un pensamiento rígido e inflexible, conforme va pasando el tiempo van descubriendo que hay otras alternativas para solucionar cualquier situación, formas de pensar y de ver las cosas. El papel del maestro es de facilitador y lleva de la mano al estudiante para que solo piense, analice, investigue y desarrolle todos sus trabajos, lo cual ayuda estimular su crecimiento cognoscitivo preparándolos para salir al campo del trabajo y a la competencia profesional y social.



            Existen muchos factores sociales que influyen en el camino hacia la adultez. En otras épocas, la norma en el mundo occidental era que los jóvenes terminaran sus estudios, se fueran de casa, se casaran y tuvieran hijos; todos en ese mismo orden.  Pero hoy en día las cosas han cambiado mucho. Actualmente un joven puede trabajar y seguir soltero sin ninguna presión; existen parejas que deciden vivir en unión libre y  no tener hijos, matrimonios que deciden seguir viviendo en la casa de los padres de alguno de ellos. Estas costumbres tradicionales pueden ser aplazadas hasta entrada la adultez media. Veamos qué factores influyen en estos caminos.

            Como se mencionaba en el párrafo anterior, hay variables que determinan la adultez media, tales como el género, la capacidad académica, la actitud y aptitud hacia la educación, las expectativas que se tienen al final de la adolescencia y la clase social. Es muy común que el adulto emergente demore el ser padre por seguir sus estudios y progresar. Aquellos jóvenes solteros, sin hijos, universitarios y que viven lejos de la familia son más exitosos. En cambio los poco ambiciosos que dejan el hogar antes, reciben menos apoyo de sus padres; abandonan sus estudios y regularmente tienen hijos tempranamente, todo esto ayuda a  limitar las perspectivas de un buen futuro.

            Mucho depende del desarrollo del yo, lo cual es la combinación de la capacidad de entenderse y entender su entorno, integrar o sintetizar lo que se percibe, lo que se sabe y planear la vida propia. Algunos adultos tienen más desarrollado el yo que otros, haciéndolos más capaces de valerse por sí mismos.

            Al paso de estos cambios se va formando la personalidad del adulto y para conocer más sobre ello existen cuatro modelos del desarrollo psicosocial de la adultez: de las etapas normativas, del momento de eventos, de los rasgos de los cinco factores (Costa y McCrae) y modelos tipológicos.

De las etapas normativas: describen el desarrollo psicosocial en términos de una secuencia definida de cambios según la edad.

   Del momento de eventos: describen el desarrollo psicosocial adulto como una respuesta a la ocurrencia esperada o inesperada y al momento de los eventos más importantes de la vida.
  
  De los rasgos: los cinco factores (Costa[5] y McCrae): agrupa rasgos de personalidad relacionados: neuroticismo, extroversión, apertura a la experiencia, escrupulosidad y agradabilidad.

Tipológicos: perspectiva teórica que identifica tipos o estilos generales de la personalidad.

            La teoría de Erikson[6] consideraba que el desarrollo de las relaciones íntimas es crucial para la adultez temprana. La necesidad de establecer relaciones firmes, estables, cercanas y comprometidas es muy motivante para la conducta humana. Los jóvenes adultos establecen compromisos con los demás o enfrentan un aislamiento, sin embargo, un poco es necesario para pensar en sus vidas. Su modelo ha sido criticado por excluir del proyecto de vida para el desarrollo saludable a solteros, célibes, homosexuales y parejas sin hijos.

            Las relaciones íntimas requieren de un alto grado de madurez, empatía, buena comunicación, confianza, capacidad para resolver conflictos por medio del diálogo y tener una mente abierta. El poseer estas habilidades interpersonales ayudan a las relaciones ya sean de amor o de amistad para que se lleven de la mejor manera posible.



            En la adultez emergente las amistades son menos estables ya que las personas en esta etapa tienden a cambiar de domicilio muy seguido ya sea por trabajo u otras cuestiones personales. En las personas solteras las amistades tienden a ser para actividades recreativas y sociales, para hablar de problemas personales y buscar consejo en cualquier aspecto.

            Según la teoría triangular del amor de Robert J. Sternberg[7] el amor se desarrolla de una manera en cómo se lleva a cabo una historia. Los tres elementos del amor son intimidad, pasión y compromiso. La intimidad lleva a la unión, la calidez y la confianza. La pasión basada en impulsos lleva al deseo sexual. El compromiso es la decisión de amar y quedarse con el ser amado, combinado con una buena comunicación resulta en una relación exitosa. Existen estilos de vida como  la soltería, las relaciones gays y lésbicas y  las relaciones de unión libre (cohabitación) en las que se requiere también un compromiso y dedicación aunque no siempre exista amor verdadero dentro de ellas. El matrimonio es la relación más usual.

           
El matrimonio es una de las etapas más importantes durante la adultez ya que conlleva muchos compromisos y responsabilidades. Para poder tener un matrimonio exitoso se necesita estar unido (ser el uno con el otro sin perder los límites), el completarse y complementarse, cubrir todas sus necesidades afectivas y sexuales, y lo más importante, tener un proyecto en común (familia, hijos, hogar y trabajo). El vivir una relación matrimonial significa renunciar a la individualidad para dar pie a una nueva identidad, la de pareja y familia.          

           Y ya para concluir, la etapa de la adultez temprana es la más importante en la vida del ser humano, ya que en ella se encuentra capacitado para tomar sus propias decisiones, la búsqueda de la autorrealización así como trascender como individuo y como ser social. Es decir, en esta etapa se completa la maduración del yo que permite a los individuos convivir con su entorno para después juntarse con una pareja ideal para el individuo y seguir desarrollando habilidades sociales así como la exploración del yo. Es un ser con mayor responsabilidades al tener familia, cumplir con el trabajo, asistir a la escuela (quien aun continua con sus estudios) para aquellos que deciden estar en posgrado. Socialmente es un ser más activo y contribuyente a su entorno.

            Por lo tanto vemos que el individuo al alcanzar esta etapa es un ser independiente con sus habilidades cognitivas desarrolladas totalmente. Lo anterior lo obliga a actuar con responsabilidad en las relaciones de amistad y amorosas así como en el trabajo; ser constante en las áreas donde se desenvuelve. Es aquí donde se verán reflejados los resultados de las primeras etapas del desarrollo en sus tres fases.
           


       
Bibliografía
Papalia, D., Wendkos, S., Duskin, R. (2010) Desarrollo Humano. México: McGraw Hill
Bordignon, N. (2006). El desarrollo psicosocial de Eric Erikson. El diagrama epigenético del adulto. Revista Lasallista de Investigación. Vol. 2. No. 2. Universidad Católica de Brasil. Recuperado el 15 de mayo del 2013 en  http://www.lasallista.edu.co/fxcul/media/pdf/Revista/vol2n2/p50-63_ARTICULO%20ERICK%20ERICKSON.pdf



[1] Pensamiento más abierto, flexible, relativista, intuitivo y emocional integrado con lo objetivo, más contextualizado y pragmático, que puede llamarse pensamiento post formal, integrando la experiencia a la lógica formal.

[2] Gerontólogo y psicólogo americano nacido en 1928 mejor conocido por ser el co-fundador del Seattle Longitudinal Study en 1956.
[3] Psicólogo estadounidense. Profesor de la Universidad de Yale, ex presidente de la APA. Entre sus principales investigaciones se encuentran las relacionadas con la inteligencia, la creatividad, el amor, el odio y la sabiduría.
[4] Psicólogo estadounidense. Obtuvo en Chicago su doctorado en filosofía. En 1958 presentó su tesis doctoral acerca del desarrollo del juicio moral.
[5] Uno de los más prestigiosos investigadores de la personalidad a nivel internacional. Actualmente es Presidente de la International Society for the Study of Individual Differences (ISSID) y Director del Laboratory of Personality and Cognition de Baltimore (USA).
[6] Psicoanalista alemán. Sus estudios sobre psicología social, identidad y la interacción de la psicología con la historia, la política y la cultura han sido de gran influencia.
[7] Psicólogo estadounidense, Profesor de la universidad de Yale, ex presidente de la APA. Conocido por sus trabajos sobre investigación  relacionados a la inteligencia, amor, creatividad y sabiduría.