Desarrollo físico, cognitivo y social en la adultez temprana
La etapa de la adultez
temprana abarca de los 20 a los 40 años y se clasifica por ser la mejor etapa
ya que la persona se encuentra en su mayor plenitud, es el momento en que deja
de ser un adolescente dependiente y se convierte en una persona con responsabilidades
y metas por cumplir, goza de mayor libertad en todos los sentidos, laboral,
social y sexual.
Los cambios físicos son muy pocos en esta etapa pero si
existen algunos y los más comunes están relacionados con la vista y el oído, estos
sentidos se vuelven más nítidos pero conforme se avanza en edad gradualmente se
van perdiendo, oscilando entre la edad de 25 y 40 años. El ser humano se encuentra en su
punto máximo de fortaleza muscular y destreza manual, es capaz de desarrollar
sus habilidades laborales, artísticas y deportivas al máximo y la vez las
utiliza para su beneficio en el ámbito laboral, artístico o de ocio.
En cuanto a salud
física está en su plenitud, los órganos, tejidos y sistemas se encuentran
funcionando de manera eficiente pero así como está en estado óptimo también
aparecen las dolencias con el tiempo relacionadas con, el trabajo prematuro,
mala alimentación, condiciones pobres de vivienda, que si no se cuidan pueden
volverse crónicas, tales como, problemas de la espalda o columna (siendo más
común entre los hombres), artritis, hipertensión, problemas del corazón,
deterioro del sistema auditivo, etc. Todo este tipo de males pueden ser
evitados si se lleva una vida sana con una buena alimentación y ejercicio
físico, el cual ayuda a mantener el peso adecuado a la edad, a desarrollar la
musculatura y hacer mas fuertes los pulmones, bajar la presión arterial
fortaleciendo el corazón por ende disminuyendo el riesgo de un ataque, ayuda a
aliviar el estrés, la ansiedad y la depresión.
En la etapa de la adultez temprana el individuo está
preparado cognitivamente para hacerse responsable de la toma de decisiones. Piaget
define esta etapa como la de las operaciones formales, que aportan al
pensamiento un poder nuevo, que ayuda al individuo a desligarse de lo real (lo
establecido) para permitirle edificar a voluntad sus reflexiones y teorías, el
individuo está en constante búsqueda de respuestas por la cual investiga, descubre,
estudia, se prepara, se cuestiona y tiene la capacidad de resolver sus propios
problemas basándose en sus experiencias personales. Empieza a cuestionarse
sobre su entorno, sus metas y cuestiones personales, aquí es donde entra en
cuestión el “¿Qué es lo que quiero? y ¿Qué he hecho de mi vida hasta ahorita?”.
El pensamiento se vuelve más individualista, flexible,
adaptable y abierto basándose en la intuición, la emoción y la lógica lo cual
le da al individuo las armas para salir al mundo y enfrentar cualquier problema
que se le presente en sus relaciones personales y de trabajo desde la
incertidumbre, la incoherencia, la contradicción, la imperfección y el compromiso
en cualquiera de los ámbitos, dejando al individuo entrar a una etapa más
elevada de cognición conocida como pensamiento posformal[1].
Para poder entender mejor la manera en como el individuo
se desarrolla cognitivamente, se analizarán algunas teorías.
El pensamiento posformal da al individuo una manera más amplia de razonar y ver la cosas y cumple con las siguiente características: mecanismos de conmutación, lo cual es la capacidad para pasar del razonamiento abstracto a las consideraciones prácticas del mundo real y viceversa, la múltiple causalidad y soluciones, la conciencia de que la mayoría de los problemas tienen más de una causa y más de solución y de que unas soluciones funcionan más que otras, el pragmatismo, es la capacidad para escoger la mejor de varias opciones posibles y reconocer criterios para la selección y la conciencia de la paradoja es el reconocimiento de que un problema o solución implica conflicto inherente.
K. Warner Schaie[2] propuso un
modelo de etapas del desarrollo cognitivo que abarcan todo el ciclo de vida.
Sus 7 etapas giran alrededor de objetivos que destacan en las diversas etapas. Esos objetivos cambian de la adquisición de la
información y las habilidades para pasar a la integración práctica del
conocimiento, hasta llegar a la búsqueda del significado y propósito de las
mismas. Las etapas son las siguientes:
Etapa de adquisición
(niñez y adolescencia) Aprenden información y habilidades que les serán de
utilidad o preparación para participar en sociedad.
Etapa de logros (19 – 30
años) Los adultos jóvenes hacen uso de sus conocimientos para ganar competencia
e independencia.
Etapa responsable (39 –
60 años) Se preocupan por metas a largo plazo y problemas prácticos relacionados
con su responsabilidad frente a los demás.
Etapa ejecutiva (30 hasta
edad adulta intermedia) Coincide con la etapa de logros y responsabilidad, en
esta etapa son responsables de sistemas sociales y/o movimientos sociales,
comienzan a sostener relaciones más complejas en diversos niveles.
Etapa reorganizadora (65
en adelante) Reorganizan sus vidas y las energías intelectuales alrededor de
actividades significativas no relacionadas con el trabajo.
Etapa reintegradora (edad
adulta tardía) Enfocan sus energías ya limitadas en tareas
significativas al ser más selectivos al realizarlas.
Etapa de legado (vejez
avanzada) Se preparan para morir, dejan su legado, distribuyen bienes por medio de
testamento, etc.
Robert Sternberg [3]
catedrático e investigador, publicó en 1985 una teoría a la que llamó teoría de
la inteligencia humana, su enfoque se basa en el procesamiento de la
información desde el momento en que se recibe hasta que se decide utilizarla
para resolver un problema, consta de seis pasos: codificación, inferencia,
configuración de un mapa cognitivo de las relaciones, aplicación, justificación
y respuesta.
Codificación: Identificar la información, acopiarla a la memoria y recuperarla de la memoria a largo y mediano plazo.
Inferencia: Detectar relación entre objetos para relacionarlos con el problema planteado.
Configuración de mapas cognitivos: relación de aspectos de una situación previa con la presente.
Aplicación: recopilación de situaciones anteriores aplicado a la situación presente de manera ordenada.
Justificación: argumento con el que cada individuo justifica y valora las posibles alternativas de respuesta para la solución correcta.
Respuesta: resultado después de haber realizado correctamente las etapas anteriores como la solución al problema.
Como parte del desarrollo
cognitivo, se desprende el desarrollo moral, teoría expuesta por Lawrence
Kohlberg[4]
en la cual afirma que una persona autónoma se caracteriza por tener la
capacidad para realizar juicios morales y para formular sus propios principios
en vez de conformarse con los de las personas que lo rodean.
El individuo en la adultez temprana se encuentra en el
nivel III del razonamiento moral (posconvencional), la cual se basa en
principios ya establecidos y las experiencias, dos de las cuales son cuando se
encuentran con valores contradictorios lejos de casa y se enfrentan a alguna
situación (toma de decisiones) y la responsabilidad hacia otras personas (tener
un hijo, cuidar de los padres mayores, etc.) Todas estas experiencias llevan a
los adultos a reevaluar sus criterios sobre lo que es bueno y malo, ayudan a
ampliar el horizonte sobre lo que ya tenía establecido y lo ayuda a
enriquecerse y lo comparten con otros al aportar sus experiencias como solución
a algún problema que alguien platique.
Según algunas investigaciones el trabajo diario ayuda al crecimiento cognoscitivo. Dichas investigaciones han revelado una relación recíproca entre la complejidad sustancial del trabajo: el grado de pensamiento y juicio independiente que requiere y la flexibilidad de una persona para afrontar las demandas cognoscitivas (Kohn, 1980). De acuerdo a estudios realizados se sabe que el pleno desarrollo de los lóbulos frontales en la adultez media prepara para llevar a cabo varias tareas al mismo tiempo, la parte delantera de los lóbulos frontales tiene una función especial en la solución de problemas y planeación.
El desarrollo cognoscitivo se desarrolla más durante la
universidad, abre la oportunidad para el descubrimiento intelectual y
crecimiento personal, especialmente en habilidades verbales y cuantitativas,
pensamiento crítico y razonamiento moral (Montgomery y Comté, 2003.) Al iniciar
sus estudios, los alumnos llegan con un pensamiento rígido e inflexible,
conforme va pasando el tiempo van descubriendo que hay otras alternativas para
solucionar cualquier situación, formas de pensar y de ver las cosas. El papel
del maestro es de facilitador y lleva de la mano al estudiante para que solo
piense, analice, investigue y desarrolle todos sus trabajos, lo cual ayuda
estimular su crecimiento cognoscitivo preparándolos para salir al campo del
trabajo y a la competencia profesional y social.
Existen muchos factores sociales que influyen en el
camino hacia la adultez. En otras épocas, la norma en el mundo occidental era
que los jóvenes terminaran sus estudios, se fueran de casa, se casaran y
tuvieran hijos; todos en ese mismo orden.
Pero hoy en día las cosas han cambiado mucho. Actualmente un joven puede
trabajar y seguir soltero sin ninguna presión; existen parejas que deciden
vivir en unión libre y no tener hijos,
matrimonios que deciden seguir viviendo en la casa de los padres de alguno de
ellos. Estas costumbres tradicionales pueden ser aplazadas hasta entrada la
adultez media. Veamos qué factores influyen en estos caminos.
Como se mencionaba en el párrafo anterior, hay variables
que determinan la adultez media, tales como el género, la capacidad académica,
la actitud y aptitud hacia la educación, las expectativas que se tienen al
final de la adolescencia y la clase social. Es muy común que el adulto
emergente demore el ser padre por seguir sus estudios y progresar. Aquellos jóvenes
solteros, sin hijos, universitarios y que viven lejos de la familia son más
exitosos. En cambio los poco ambiciosos que dejan el hogar antes, reciben menos
apoyo de sus padres; abandonan sus estudios y regularmente tienen hijos
tempranamente, todo esto ayuda a limitar
las perspectivas de un buen futuro.
Mucho depende del desarrollo del yo, lo cual es la
combinación de la capacidad de entenderse y entender su entorno, integrar o
sintetizar lo que se percibe, lo que se sabe y planear la vida propia. Algunos
adultos tienen más desarrollado el yo que otros, haciéndolos más capaces de
valerse por sí mismos.
Al paso de estos cambios se va formando la personalidad
del adulto y para conocer más sobre ello existen cuatro modelos del desarrollo
psicosocial de la adultez: de las etapas normativas, del momento de eventos, de
los rasgos de los cinco factores (Costa y McCrae) y modelos tipológicos.
De las etapas normativas: describen el desarrollo psicosocial en términos de una secuencia definida de cambios según la edad.
Del momento de eventos: describen el desarrollo
psicosocial adulto como una respuesta a la ocurrencia esperada o inesperada y
al momento de los eventos más importantes de la vida.
De los rasgos: los cinco factores (Costa[5] y McCrae): agrupa rasgos de personalidad relacionados: neuroticismo, extroversión, apertura a la experiencia, escrupulosidad y agradabilidad.
De los rasgos: los cinco factores (Costa[5] y McCrae): agrupa rasgos de personalidad relacionados: neuroticismo, extroversión, apertura a la experiencia, escrupulosidad y agradabilidad.
Tipológicos: perspectiva teórica que identifica tipos o estilos generales de la personalidad.
La teoría de Erikson[6]
consideraba que el desarrollo de las relaciones íntimas es crucial para la
adultez temprana. La necesidad de establecer relaciones firmes, estables,
cercanas y comprometidas es muy motivante para la conducta humana. Los jóvenes
adultos establecen compromisos con los demás o enfrentan un aislamiento, sin
embargo, un poco es necesario para pensar en sus vidas. Su modelo ha sido
criticado por excluir del proyecto de vida para el desarrollo saludable a
solteros, célibes, homosexuales y parejas sin hijos.
Las relaciones íntimas requieren de un alto grado de
madurez, empatía, buena comunicación, confianza, capacidad para resolver
conflictos por medio del diálogo y tener una mente abierta. El poseer estas
habilidades interpersonales ayudan a las relaciones ya sean de amor o de
amistad para que se lleven de la mejor manera posible.
En la adultez emergente las amistades son menos estables
ya que las personas en esta etapa tienden a cambiar de domicilio muy seguido ya
sea por trabajo u otras cuestiones personales. En las personas solteras las
amistades tienden a ser para actividades recreativas y sociales, para hablar de
problemas personales y buscar consejo en cualquier aspecto.
Según la teoría triangular del amor de Robert J.
Sternberg[7]
el amor se desarrolla de una manera en cómo se lleva a cabo una historia. Los
tres elementos del amor son intimidad, pasión y compromiso. La intimidad lleva
a la unión, la calidez y la confianza. La pasión basada en impulsos lleva al
deseo sexual. El compromiso es la decisión de amar y quedarse con el ser amado,
combinado con una buena comunicación resulta en una relación exitosa. Existen estilos
de vida como la soltería, las relaciones
gays y lésbicas y las relaciones de
unión libre (cohabitación) en las que se requiere también un compromiso y
dedicación aunque no siempre exista amor verdadero dentro de ellas. El
matrimonio es la relación más usual.
El matrimonio es una de las etapas más importantes durante la adultez ya que conlleva muchos compromisos y responsabilidades. Para poder tener un matrimonio exitoso se necesita estar unido (ser el uno con el otro sin perder los límites), el completarse y complementarse, cubrir todas sus necesidades afectivas y sexuales, y lo más importante, tener un proyecto en común (familia, hijos, hogar y trabajo). El vivir una relación matrimonial significa renunciar a la individualidad para dar pie a una nueva identidad, la de pareja y familia.
Y ya para concluir, la etapa de la adultez temprana es la más importante en
la vida del ser humano, ya que en ella se encuentra capacitado para tomar sus
propias decisiones, la búsqueda de la autorrealización así como trascender como
individuo y como ser social. Es decir, en esta etapa se completa la maduración
del yo que permite a los individuos convivir con su entorno para después
juntarse con una pareja ideal para el individuo y seguir desarrollando
habilidades sociales así como la exploración del yo. Es un ser con mayor
responsabilidades al tener familia, cumplir con el trabajo, asistir a la
escuela (quien aun continua con sus estudios) para aquellos que deciden estar
en posgrado. Socialmente es un ser más activo y contribuyente a su entorno.
Por lo tanto vemos que el individuo al alcanzar esta
etapa es un ser independiente con sus habilidades cognitivas desarrolladas
totalmente. Lo anterior lo obliga a actuar con responsabilidad en las
relaciones de amistad y amorosas así como en el trabajo; ser constante en las
áreas donde se desenvuelve. Es aquí donde se verán reflejados los resultados de
las primeras etapas del desarrollo en sus tres fases.
Bibliografía
Papalia, D., Wendkos, S.,
Duskin, R. (2010) Desarrollo Humano.
México: McGraw Hill
Bordignon, N. (2006). El desarrollo psicosocial de Eric Erikson. El diagrama epigenético del
adulto. Revista Lasallista de Investigación. Vol. 2. No. 2. Universidad
Católica de Brasil. Recuperado el 15 de mayo del 2013 en http://www.lasallista.edu.co/fxcul/media/pdf/Revista/vol2n2/p50-63_ARTICULO%20ERICK%20ERICKSON.pdf
[1] Pensamiento más abierto, flexible, relativista, intuitivo y emocional
integrado con lo objetivo, más contextualizado y pragmático, que puede llamarse
pensamiento post formal, integrando la experiencia a la lógica formal.
[2] Gerontólogo
y psicólogo americano nacido en 1928 mejor conocido por ser el co-fundador del Seattle Longitudinal Study en 1956.
[3] Psicólogo
estadounidense. Profesor de la Universidad de Yale, ex presidente de la APA.
Entre sus principales investigaciones se encuentran las relacionadas con la
inteligencia, la creatividad, el amor, el odio y la sabiduría.
[4] Psicólogo estadounidense. Obtuvo en Chicago su doctorado en filosofía. En
1958 presentó su tesis doctoral acerca del desarrollo del juicio moral.
[5] Uno de los más prestigiosos
investigadores de la personalidad a nivel internacional. Actualmente es Presidente de la International Society for the Study of
Individual Differences (ISSID) y Director del Laboratory of Personality and
Cognition de Baltimore (USA).
[6] Psicoanalista alemán.
Sus estudios sobre psicología social, identidad y la interacción de la
psicología con la historia, la política y la cultura han sido de gran
influencia.
[7] Psicólogo
estadounidense, Profesor de la universidad de Yale, ex presidente de la APA.
Conocido por sus trabajos sobre investigación
relacionados a la inteligencia, amor, creatividad y sabiduría.
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